miércoles, 11 de febrero de 2015

Diferentes Sueños




Sueños Lucidos o Conscientes


Los Sueños conscientes ocurren cuando el que sueña se da cuenta en medio del sueño.  La mayoría de los soñantes una vez que se dan cuenta que están soñando se despiertan. En otras ocasiones  han desarrollado la habilidad de permanecer en un estado consciente. Pueden llegar a ser participantes activos del sueño, y tomar decisiones en su sueño y influir en el resultado de su sin despertarse.


Cuando no estamos lúcidos en un sueño, pensamos y nos comportamos como si estuviéramos despiertos en realidad. Los Sueños de Ansiedad y las pesadillas se pueden superar gracias al sueño lúcido, porque si sabes que sueñas, no tienes miedo, ya que las imágenes del sueño no pueden herirte.

Los soñadores lúcidos pueden emplear deliberadamente el potencial natural de la creatividad para resolver problemas.
Hasta la década de los 70 hablar de los sueños lúcidos era un asunto relegado solo a cerrados círculos esotéricos y tradiciones, en donde no se hablaba abiertamente sobre el tema.

La primera vez que se abordó el tema de manera científica, fue en 1968, en el libre "Lucid dreams", escrito por Celia Green. En el texto se analizó la experiencia de sujetos experimentales como de la literatura, y se pudo concluir que la lucidez onírica era una experiencia válida, diferente a la de un sueño ordinario. Además especuló sobre una serie de asuntos que resultarían ser ciertos, como por ejemplo la asociación del fenómeno con la fase REM del sueño.

Aún la ciencia no reconocía el fenómeno como válido o digno de estudio; se pensaba que los sueños lúcidos no eran más que alucinaciones producidas por la relajación en la vigilia. No se podía aceptar la formula conciencia + sueño, o era lo uno, o lo otro, pero no todo a la vez.

Solo durante la década de los 70, surgieron evidencias a favor del fenómeno, cuando los investigadores como el psicólogo Keith Hearne utilizaron el hecho de que los músculos de los ojos continúan activos durante el sueño REM (a diferencia del resto del cuerpo, que en condiciones de sueño normal queda paralizado), para realizar pruebas con soñadores lúcidos en donde les pedían que hicieran un determinado patrón de movimiento de ojos durante la experiencia onírica. Luego se verificaba el patrón con lo acordado, junto con los demás datos biológicos registrados del voluntario, para así comprobar que efectivamente se encontraba soñando mientras daba las señales.

Además estos movimientos "acordados" servían, y aún sirven, para investigar que es exactamente lo que ocurre en el cerebro del soñador justo en el momento en que el sueño se torna "lúcido". De todas maneras, durante esa época los resultados de los experimentos no fueron reconocidos en su totalidad.

Solo durante los años 80, se estableció consenso científico sobre la validez del fenómeno, cuando Stephen Laberge, de la Universidad de Stanford, llevo a cabo sus experimentos en laboratorios del sueño, como parte de su disertación de doctorado. LaBerge continua sus experimentos en la actualidad en aquella Universidad, y se han refinado los métodos para establecer y catalogar adecuadamente el fenómeno.

Cómo recordar los sueños Lucidos

Uno de los primeros pasos en el camino de la lucidez onírica, consiste en el recordar lo soñado durante la noche. Esto porque de partida, ¿de qué serviría tener un sueño lúcido si después no vamos a recordar la experiencia?

Comúnmente las personas no recuerdan casi nada de lo que ocurre durante la noche, a pesar de ser tremendamente significativo, no porque sea algo extremadamente difícil, sino que porque nuestra atención está enfocada en las actividades diurnas y externas que realizamos. Esto es normal al comienzo, y este "problema" al mundo de los sueños puede ser fácilmente superado enfocando nuestra atención un poco más hacia adentro.


Antes de dormir, lo primero que debemos hacer es aclarar un poco la mente. Esto lo puedes lograr enfocando por unos minutos tu atención en la respiración, dejando que los pensamientos pasen por tu cabeza sin retenerlos o elucubrar sobre ellos, como si fueran nubes que pasan por el cielo de tu conciencia. Esto es una técnica clásica de meditación. Si lo anterior no te resulta cómodo puedes intentar visualizar algún lugar agradable e intentar disfrutar y relajarte en ese lugar mental. Todas estas cosas ayudan a despejar la mente.
Una vez que sientas que la actividad "frenética" de la mente ha tranquilizado un poco, y sientes cierta claridad interior, el siguiente paso es proponerte recordar tus sueños cuando despiertes; suena bastante extraño, pero es así - al comienzo es típico proponerse recordar los sueños pero al despertar se nos olvida, y después de un rato  de haber despertado es muchísimo más difícil el procedimiento.


Un "tip" muy útil es que al despertar, intentemos por unos momentos permanecer completamente inmóviles mientras recordamos nuestros sueños. Está demostrado que de esta manera los cambios que se dan en nuestros cuerpos y cerebro al pasar del sueño a la vigilia se dan de manera más gradual, lo que facilita el acceso a la memoria de los sueños; los cambios bruscos en la química de nuestro cerebro hacen difícil recordar nuestros sueños, tal como se ha visto en los laboratorios del sueño.

Por último, un consejo importante es no decepcionarse con los primeros resultados. Es normal al comienzo solo recordar pequeños fragmentos o sensaciones. Con el tiempo y la práctica es posible recordar no solo sueños completos, sino que varios sueños durante la noche, hasta cuatro o cinco, con todos los detalles. Es un arte que requiere de práctica y disciplina. 













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